El solitario recuenta su esperanza
con la misma avidez
que el avariento sus monedas
no se equivoca nunca la memoria
del que no puede preguntar
La noche desterrada, lo abolido del mundo
penetran libres hasta el propio centro del abandono
y la tiniebla furtiva del ayer
nubla el recinto que ocupará la vida
El solitario entonces acrecienta su acopio de esperanzas
escrita está la cifra del indulto
mengua su libertad aquel que olvida
que es su propio recuerdo quien lo salva.
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